sábado, 5 de junio de 2010

Se reabre el debate sobre la inflación

El "impuesto inflacionario" es el más regresivo porque golpea a los que menos tienen.



OPINION
POR ISMAEL BERMUDEZ







Los reclamos salariales en torno de las paritarias reabrieron el viejo debate sobre la inflación. Básicamente si los aumentos de los salarios son la causa o una consecuencia de la suba de los precios.

Los datos oficiales y privados coinciden en que los precios se aceleraron a fines de 2009 cuando prácticamente no había negociaciones salariales, que comenzaron recién en marzo. En ese momento algunos gremios, como Luz y Fuerza o Bancarios, acordaron el 22 o 23%, porcentajes que parecían razonables para el nivel de inflación de ese momento. Pero dichos aumentos quedaron desfasados por la trepada de los precios que se manifestó con fuerza en lo que va de 2010. Además, los precios de los productos que más subieron fueron los alimenticios . Se trata justamente de aquellos que más impactan sobre el poder adquisitivo de los asalariados o de los jubilados.

Así el argumento de que los aumentos de salarios serían responsables de la inflación no responde a la realidad. Y además, ese fundamento es interesado, porque el incremento de los precios es el resultado de muchos factores, como el gasto y el déficit fiscal, la evolución del crédito bancario, la entrada de capitales, el tipo de cambio, la valorización de acciones y bonos -en este caso al compás de la operación de canje de la deuda- de la tasa de interés que determina los desplazamientos de los fondos especulativos y hasta del uso de reservas para pagar la deuda pública.

Los gremios que firmaron por más del 30% recién alcanzan ese porcentaje en el primer cuatrimestre de 2011 por cuánto arrancan con un 20% ahora y se adicionan otras dos o tres subas en los próximos meses que se completan el año próximo.

Este escalonamiento se debe a que los convenios se firman por doce meses lo que obliga, en un escenario inflacionario creciente, a subas en varios tramos porque, de lo contrario, la inflación podría licuar en pocos meses las subas salariales acordadas sino se refuerzan en los siguientes meses. Aún así, queda siempre abierta la posibilidad de pedir una reapertura de la paritaria, como anunció Luz y Fuerza.

Un ejemplo claro de los tiempos es el de las jubilaciones. En marzo, los jubilados recibieron un ajuste semestral del 8,21% hasta septiembre. Entre enero y abril la inf lación "verdadera", según los Institutos of iciales provinciales, fue del 11%, con alimentos liderando con el 17%, marcando que en 4 meses el incremento de los precios se "comió" el aumento de los haberes de 6 meses y algo más.

Salarios y jubilaciones no aventajan sino van detrás de la inflación. Por eso llama la atención que el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, ante los reclamos salariales que se reiteraron durante la última semana, le planteara a los gremios que "todo tiene un límite". Lo que sucede -tal como se venía señalando desde hace tiempo- es que también el Gobierno se beneficia de la inflación: y esto es así porque recauda más por el IVA, Ganancias y otros impuestos, mientras el gasto en sueldos públicos y jubilaciones se ajusta menos y con retraso.

De este modo, en lugar de ajustar recortando nominalmente los sueldos y las jubilaciones, se recurre al conocido expediente del ajuste real, por la vía de la inflación. Es lo que técnicamente se denomina el "impuesto inflacionario", el más regresivo de todos porque golpea más a los que menos tienen.

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