domingo, 30 de mayo de 2010

MENTIRAS SOBRE GANANCIAS

Mentiras sobre Ganancias
Por: Ismael Bermúdez
Muchos funcionarios, y hasta dirigentes sindicales, vienen afirmando que cada vez más empleados pagan el impuesto a las Ganancias porque hubo un sustancial incremento en los ingresos reales de los trabajadores. Y que ya estén alcanzados por este impuesto más de 1,2 millón de trabajadores sería hasta una "buena noticia" que "lamentablemente" -dicen- no se extiende a más trabajadores.

Se trata de una enorme falacia. El problema no está en los ingresos -que aumentaron igual y, en la mayoría de los casos, menos que la inflación real- sino en que el Gobierno no ajustó el tope salarial a partir del cual se paga Ganancias. Desde 1999, la inflación real fue del 250% mientras el tope salarial de Ganancias fue ajustado el 150%. Así, para volver a los valores de 10 años atrás, el trabajador soltero debería empezar a pagar Ganancias si cobrara más de $ 6.200 mensuales (y no $ 4.015 como es ahora) y el casado con 2 hijos, a partir de $ 7.500 (y no $ 5.554). Si se aplicaran estos valores, hoy estarían alcanzados por Ganancias un número reducido de trabajadores. Además, el Gobierno tampoco ajustó los tramos de las escalas del impuesto y mantuvo la suba de las alícuotas de la tan criticada reforma de Machinea.

Un reciente estudio de la Fundación Mediterránea muestra cómo todo esto fue haciendo regresivo este impuesto que, por definición, debería ser progresivo. Al no actualizarse los tramos de escala, muchos trabajadores pagan un porcentaje mayor aunque el poder de compra haya descendido. En cambio, los contribuyentes que están en el tramo más alto no tienen impacto porque pagaban el 35% y siguen pagando lo mismo.

El estudio da otro dato. Para un trabajador que en 1998 ganaba el equivalente a tres salarios formales promedio, Ganancias representaba el 0,6% de la remuneración bruta. Hoy, con igual poder de compra, paga el 4,2%. Así las cosas, el Gobierno se vino quedando, y lo sigue haciendo cada vez más, con una parte de los ingresos de cientos de miles de empleados y jubilados. Y si se actualizaran las cifras, se recompondrían estos valores fiscales hacia delante, pero el Fisco no devolvería el "excedente" que ya se cobró.

Trotski, un líder contra la corriente

Trotski, un líder contra la corriente,
por Ismael Bermúdez


Todo movimiento revolucionario consistente deberá partir del legado de Trotski, afirma J-J Marie, autor de una ambiciosa biografía sobre el teórico de "la revolución permanente". Aquí, un análisis en presente de sus ideas y sus profecías sobre el capitalismo.
Por Ismael Bermúdez

La obra de Jean-Jacques Marie es la última de una serie de grandes biografías del revolucionario "sin fronteras". La primera (Mi vida) fue escrita por el propio Trotski en 1929 ya deportado de la URSS. La segunda obra es la de Victor Serge (Vida y muerte de Trotski) a fines de la década del 40. Le siguió la Trilogía de Isaac Deutscher en los 50, y más recien¬temente, la cuarta, del historiador Pierre Broué. Las de Deutscher y Broué son biografías monumentales que se beneficiaron, la primera, de la apertura parcial de los archivos de Trotski depositados en la Universidad de Harvard, gracias a una autorización de Natalia Sedova, la mujer de Trotski, y de la apertura definitiva de esos archivos, una vez transcurrido el tiempo establecido por el propio Trotski. En Trotski. Revolucionario sin fronteras, J-J Marie añade un trabajo de investigación en los archivos rusos, parcialmente abiertos a los estudiosos.

Todas estas biografías han estado condicionadas al marco de la época en que fueron escritas. Eso es claro para la autobiografía, un tremendo instrumento político-literario de defensa del programa internacionalista de la Revolución de Octubre, contra el "socialismo en un solo país, y del papel que jugó su autor en la teoría y en la práctica. Lo mismo ocurre, incluso con un mayor énfasis en el opus de Deutscher, para quien Trotski fue "un profeta desarmado" y Stalin el ejecutor práctico de esa profecía. Es relativamente poco conocida la condena de Deutscher, en la revista Le Temps Modernes, del levantamiento obrero contra el ejército soviético, en 1953, en tanto veía a éste y no a aquellos, como los portadores de la extensión mundial de la Revolución de Octubre. Un general ruso, E. Volkof, incursionó también, hace una década, en un libelo biográfico, con el evidente propósito de desalojar el legado de Trotski como una alternativa a la perestroika y al restablecimiento del capitalismo.

Audacia y rigor
J-J Marie, que tiene una labor historiográfica enorme, acaba de publicar dos libros: uno sobre el levantamiento obrero contra el gobierno bolchevique, en Cronstadt, y otro sobre la guerra civil rusa de 1918-22. En este último trabajo, documenta al terrorismo rojo como un sistema de autodefensa de la revolución contra las masacres y exterminios de los ejércitos blancos, en lo que pretende ser, claramente, una respuesta a los historiadores que han señalado su origen en la política de Lenin y Trotski. En esta línea de condicionamiento a la actualidad histórica, la biografía de J-J-Marie aborda "sobre todo" el período de la vida de Trotski que arranca "con la fundación de la Internacional Comunista, cuyo manifiesto él redacta en marzo de 1919", hasta su asesinato en México en agosto de 1940. La tesis de fondo del autor es que el trotskismo sigue siendo la "continuidad revolucionaria" de la larga lucha histórica por el socialismo y de la revolución de 1917. Como también lo hacen las otras biografías, J-J Marie destaca las condiciones de Trotski como hombre de acción: fue presidente del Soviet en las dos revoluciones, la de 1905 y de 1917, presidente del Consejo de Comisarios del Pueblo y comisario de Relaciones Exteriores, y el fundador del Ejército Rojo y su conductor durante la guerra civil y las guerras internacionales que siguieron a la victoria de la revolución soviética.

Quizás subraye este aspecto irrefutable para atacar una visión contemporánea distorsionada del "gran organizador de victorias", como lo bautizó Karl Radek, que lo admite a regañadientes apenas como un gran literato histórico y político. Para el biógrafo, Trotski es, incluso en este plano, algo más: es por "sobre todo", el hombre que se destacó por su originalidad en la caracterización de los procesos más complejos de la historia del siglo pasado, y por la audacia y rigor de sus pronósticos políticos. Trotski reunió estas dos cualidades para desarrollar una verdadera escuela de orientación y tácticas políticas –notablemente, en el período previo al ascenso del nazismo y en la revolución española, pero también con referencia al nacionalismo latinoamericano que emergió con fuerza en los años 30, o al ascenso obrero en los Estados Unidos que siguió a la Gran Depresión. La primera de esas previsiones histórico-políticas más destacadas del "organizador de Octubre", formulada desde antes de la revolución de 1905, es la tesis de "la revolución permanente", que rompe el paradigma de los procesos revolucionarios de los siglos precedentes (XVII-XIX). Trotski advierte que las revoluciones democráticas ya no podrían quedar encerradas en sus objetivos nacionales y republicanos, y que se transformarían en socialistas, como consecuencia del desarrollo de la economía mundial y de la emergencia de una clase obrera fuertemente concentrada, incluso en los países de desarrollo histórico retrasado. La burguesía y la pequeña burguesía serían desplazadas del liderazgo de la revolución democrática por el proletariado. Trotski reformula en estos términos "la teoría de la revolución permanente" establecida por Marx, en 1850. La "permanencia de la revolución" es inherente a las revoluciones proletarias, había advertido Marx, pues ellas no pueden progresar sin una crítica constante de sus propios pasos; el proletariado no pretende consagrar a una nueva clase explotadora sino abolir toda forma de explotación social y de opresión del individuo. El pronóstico de Trotski acerca de la "permanencia" de la revolución rusa que se consideraba inminente, se empeña en subrayar J-J Marie, fue enteramente confirmado por la historia. La segunda previsión destacada de Trotski estuvo relacionada con el ascenso del fascismo alemán y con la necesidad de que los partidos obreros lo enfrentaran mediante un "frente único". "Ya en noviembre de 1929" Trotski califica como "mortal" la política del estalinismo, que "ponía en el mismo plano a la socialdemocracia y el fascismo". La campaña de Trotski por el frente único proletario, o sea con los socialistas, contra el fascismo, y la necesidad de usar métodos revolucionarios para destruir en la práctica a las milicias nazis, fue extremadamente vigorosa, y hasta se podría decir desesperada. Trotski ya había visto actuar al estalinismo en la revolución china de 1927, cuando la colaboración con el nacionalismo, combinada con raptos de ultraizquierdismo, había llevado a la masacre de los cuadros del partido comunista, y ahora temía algo muchísimo peor. En 1932 previene que "el advenimiento del fascismo en Alemania... provocará la guerra contra la URSS". En junio de 1933, Trotski dice: "El plazo que nos separa de una nueva catástrofe europea está determinado por el tiempo necesario para el rearme de Alemania. Algunos años bastarán para que Europa vuelva a precipitarse en la guerra, si Hitler no es detenido por la fuerzas internas de la propia Alemania". Será igualmente el primero en prever el exterminio que el hitlerismo tenía reservado al pueblo judío: "No cuesta mucho imaginar la suerte que aguarda a los judíos con el comienzo de la futura guerra. Pero, aún sin guerra (!!), el próximo desarrollo de la reacción mundial significa casi con certeza su exterminio físico". Es oportuno traer a relación este punto cuando en la literatura histórica reciente sobre la Shoa se atribuye este exterminio a un encadenamiento de procesos políticos y militares relativamente aleatorios, y se descarta que estuviera inscripta en la dinámica contrarrevolucionaria única que representa el fascismo alemán. La plasticidad del pensamiento político del héroe de esta biografía se manifiesta cuando rechaza la pretensión de que los Frentes Populares, o sea la alianza de los partidos de izquierda con la burguesía liberal, constituyan la réplica adecuada al fascismo y al nazismo o que equivalgan al frente único de la clase obrera por el cual había batallado contra el ascenso de Hitler. Para Trotski esos frentes son otra forma de contener y maniatar a la clase obrera, por eso aparecen, especialmente, en situaciones pre-revolucionarias. Como lo demostrarían las experiencias de Francia y España, abrirían también la victoria del fascismo. Lo que J-J-Marie se ocupa en subrayar como de rigurosa actualidad es el pronóstico que Trotski desarrolla en su libro Adónde va la URSS –cuyo editor transformó en La Revolución traicionada, o sea, la tendencia de la burocracia a restaurar el capitalismo. En oposición a las afirmaciones de que el "socialismo en un solo país" y la "coexistencia pacífica" (colaboración política con las grandes potencias) asegurarían, con el paso del tiempo y en forma gradual, la primacía de la URSS sobre el capitalismo mundial, Trotski planteó que, al revés, el tiempo, precisamente, acentuaría las contradicciones sociales de la autarquía y del aislamiento, y que la presión de la economía y la política mundiales reforzarían las tendencias centrifugas del sistema. En este terreno "transitorio", dice, la burocracia opera como una casta restauracionista, que "si se mantiene a la cabeza del Estado, "inevitablemente" buscará "restablecer la propiedad privada" y transformarse ella misma "en una nueva burguesía". "La rapidez con que la Nomenklatura se transformó de burocracia parasitaria en una suma y resta de bandas mafiosas, para apropiarse con violencia la propiedad estatal, confirmalas grandes líneas de su análisis", escribe J-J Marie. Este conjunto de caracterizaciones históricas, que se podrían calificar como sin precedentes, supone una definida visión de la época, por parte de su autor. Trotski se inscribe en la corriente que destaca que el capitalismo ha entrado en la fase histórica de la decadencia o declinación; que ha desarrollado formas sociales que lo niegan en forma parcial (como el monopolio –negación parcial del mercado– y la socialización de la producción, es decir la decadencia de la pequeña propiedad) y caracteriza al imperialismo, en el plano político, como "reacción en toda la línea". Esta apreciación bolchevique (original de Lenin) de la decadencia de la democracia liberal, se anticipa en algunas décadas a los conceptos de "estado de excepción", que luego analizaron Walter Benjamin o, recientemente, Giorgio Agamben. Cuando aborda, en numerosos textos, la tendencia del capitalismo hacia la catástrofe económica y a la disolución de las relaciones sociales capitalistas, Trotski se preocupa por sobre todo, sin embargo, en advertir que este desarrollo creador de situaciones prerrevolucionarias o revolucionarias, se encuentra en contradicción con lo que la caracteriza como la "crisis de dirección del proletariado", a la cual no vacila en atribuir "la crisis de la humanidad". Hace referencia, con estos conceptos, a la incapacidad de los partidos históricos de la clase obrera para orientar una salida revolucionaria a la bancarrota del capital. Este aspecto del legado teórico de Trotski ha cobrado, en los días que corren, una especial actualidad.

Un debate aún abierto
Como conclusión política de su labor biográfica, J-J Marie plantea que la "continuidad revolucionaria", abandonada por comunistas y socialistas, está encarnada en el trotskismo y sus seguidores. Obviamente, se trata de una falacia, pues para eso no alcanza una biografía de Trotski: habría que escribir otro libro que demuestre que los seguidores operan, realmente, en la misma escala histórica de su líder. Lo que se desprende de la biografía es una conclusión de otro alcance: que cualquier movimiento revolucionario consistente, en la actualidad, deberá partir del legado teórico-práctico de Trotski, que para J-J Marie se resume en el programa de la IV Internacional. Ninguna teoría ni programa posteriores o contemporáneos, como sería, por caso, el "socialismo del siglo XXI", integra el conjunto de las contradicciones del capitalismo contemporáneo en una totalidad. Los socialismos indigenista, bolivariano o islámico constituyen una regresión teórica e histórica hacia el particularismo. En realidad, la reivindicación de la "continuidad revolucionaria" del trotskismo, como una recuperación de teoría y de práctica, colisiona con la evidente crisis del trotskismo, que no se reduce a su fragmentación. Trotski fue precisamente quien advirtió que, si bien sus pronósticos triunfaban sobre el de sus adversarios, lo hacían por el lado negativo, o sea por sucesivas derrotas de la clase obrera. Así, la burocratización triunfaba sobre la revolución permanente; o el restablecimiento del capitalismo derrotaba a la alternativa de una revolución que restableciera los principios de un régimen de democracia socialista. El trotskismo aparece como un movimiento que opera contra la corriente, lo que no debería sorprender, porque es lo que le ha ocurrido a todas las corrientes revolucionarias en la historia. Este es el contexto histórico de su crisis. Las revoluciones de la posguerra y luego el quinquenio 1968-74, desde el Mayo Francés hasta la revolución portuguesa, sin embargo, pusieron en movimiento nuevas fuerzas. En América Latina ocurrió lo mismo con las revoluciones boliviana y cubana. El trotskismo comenzó a tener una presencia "invasiva", aun con sus numerosas y hasta crecientes fragmentaciones. La crisis mundial que se encuentra en desarrollo en la actualidad (y la serie de levantamientos nacionales o indigenistas desde el 2000 a la fecha en América Latina) plantea un cuadro histórico único. Son muchos los que advierten que suscitará, además de las bancarrotas, conmociones sociales que podrían demoler las construcciones políticas existentes. Si las revoluciones del siglo XX buscaron su base teórica en la crítica a las revoluciones del siglo precedente y en Marx, las revoluciones en curso o las próximas podrían recuperar su inspiración programática en la historia que biografió J-J Marie. Trotski explicó en su momento que sus pronósticos se confirmaron pero por su costado negativo, contrarrevolucionario: se impuso Stalin, triunfó Hitler, fue derrotada la Revolución Española, se desencadenó la II Guerra Mundial, se produjo el Holocausto. La continuidad que encarnaba no se cristalizó en fuerzas vivas y reales. Luego de la Segunda Guerra Mundial, la "marea revolucionaria" europea pudo ser contenida por el Pacto Stalin-Churchill-Roosevelt. Y no sin grandes luchas, la Gran Revolución China, la revolución cubana, la derrota norteamericana en Vietnam también involucionaron, con el gigante asiático convertido en una plataforma de los grandes capitales extranjeros. Por sus análisis, pronósticos y programa, Trotski encarna una "continuidad" que no se expresa en el tejido político y social de la clase obrera. Ese es el debate que, Jean-Jacques Marie con la proclamación abstracta de la continuidad, da como resuelto pero que sigue abierto y se expresa en la tan vigente como incomprendida frase de Trotski: "La crisis de la humanidad es la crisis de su dirección revolucionaria".

Revista Ñ. 19 de septiembre de 2009
Al final, la jefa del INDEC tuvo que pedir disculpas por ofender a un profesor
29/05/10 Debió hacerlo para que la UBA aceptara volver a evaluar las estadísticas oficiales.


Por

Ismael Bermúdez



Luego de guardar silencio durante más de tres semanas, la directora del INDEC, Ana María Edwin, envió una nota a la Facultad de Ciencias Económicas (FCE) de la UBA pidiendo disculpas por la ofensa que profirió contra el Profesor de Economía, Adrián Ramos.

La jefa del INDEC aclara en el texto que no quiso ofender con sus dichos a Ramos ni a ningún otro profesor y solicita reanudar las relaciones con la Facultad, según se comentaba anoche en esa casa de estudios.

Sobre esta base, la Facultad de Ciencias Económicas resolvió realizar el próximo miércoles 9 de junio la reunión con el Director Técnico del INDEC, Norberto Itzcovich, que había sido suspendida por el Decano de esa Facultad, Alberto Barbieri “hasta que la directora Edwin pida disculpas públicas, si está dispuesta a hacerlo” por la ofensa que profirió Ramos.

Como informó Clarín , el conflicto estalló el pasado miércoles 5 durante una reunión que el decano Barbieri y el director del Departamento de Economía de FCE, Andrés López, mantuvieron con Edwin e Itzcovich, como parte de la evaluación que la UBA está haciendo sobre las estadísticas públicas.

En un momento de la reunión, Edwin preguntó por qué el profesor Ramos, quien integra el comité de evaluación y que tendría una postura crítica de las estadísticas oficiales de inflación, no estaba presente en el encuentro.

López explicó que Ramos había sido operado por padecer una grave enfermedad.

“El que las hace, las paga” , exclamó inmediatamente Edwin.

La frase cayó como una bomba y la reunión terminó abruptamente con serias consecuencias. La Facultad se consideró injuriada por el exabrupto y la ofensa de Edwin. También hubo pronunciamientos del Centro de Estudiantes, de docentes y de entidades vinculadas a la Universidad.

Y rápidamente el Decano, con el consenso del Departamento de Económicas, decidió suspender una reunión de Itzcovich con los profesores de Economía, que estaba programada para el martes 18 de mayo.

Esa reunión había sido solicitada por el INDEC porque la Facultad de Ciencias Económicas estaba preparando un documento crítico sobre el Indice de Precios al Consumidor (IPC) y quería que Itzcovich pudiera explicar cómo se elaboran las estadísticas que se cuestionan, defenderlas y responder todas las preguntas que quisieran formular los profesores.

A pesar de la trascendencia pública que tuvieron tanto el incidente como la decisión de la Facultad de anular toda relación con el INDEC, durante todos estos 22 días Edwin no se pronunció ni se refirió a lo que había pasado, hasta que ayer rompió el silencio con la nota con las disculpas.

Económicas tiene cuatro representantes sobre nueve en el Consejo Asesor de la UBA referido al INDEC. Los otros cinco se distribuyen con dos de Sociales, dos de Ciencias Exactas y uno de Derecho.

Por la Facultad de Ciencias Económicas, participan los profesores Andrés López, Adrián Ramos, Saúl Keifman y Daniel Heymann.

A su vez, el Consejo Académico Universitario que conforman cinco Universidades Nacionales (Buenos Aires, Tres de Febrero, Rosario, Tucumán y Mar del Plata) resolvió presentar un Informe común sobre las estadísticas del INDEC que espera tener listo durante junio

VEA DOMINO

http://www.tv-domino.com/

EL VERDADERO DEFICIT FISCAL

Las cuentas públicas están cada vez más “en rojo”: sin el maquillaje de los ingresos extraordinarios del Banco Central y de los intereses del Fondo de la ANSeS, en los primeros 4 meses de 2010 y después del pago de los intereses, el sector público acumula un déficit financiero de $ 6.232 millones, cinco veces superior al de igual período del año pasado.
Aún incorporando los fondos del BCRA y de la ANSeS, y un saldo remanente de los Derechos Especiales de Giro (DEG) del FMI, el “rojo” del primer cuatrimestre ronda los $ 2.100 millones, un 175% superior al de los primeros cuatro meses de 2009.
En realidad, el déficit financiero propio del Tesoro entre enero y abril sumó $ 5.230 millones, pero se redujo a $ 2.100 millones por el superávit de las cuentas de la Seguridad Social que de este modo siguió financiando los desequilibrios de Hacienda.
Con todo, estos números no son definitivos porque habría que sumar los gastos que se están cubriendo con bonos, como las cancelaciones de juicios, los intereses del período que se capitalizan y el ajuste del CER, lo que agranda el agujero fiscal y la deuda pública.
Como señala Alcides Saldivia, ex Subdirector de la Oficina Nacional de Presupuesto del Ministerio de Economía de la Nación, “dado que el nivel de endeudamiento es actualmente el concepto más relevante de la situación fiscal del Estado, hay que analizar en qué medida los indicadores Resultado Primario y Resultado Financiero reflejan el endeudamiento en que incurre el sector público. El Resultado Financiero deja fuera de su cálculo la IFN - Inversión Financiera Neta (queda “debajo de la línea”), ítem de gran envergadura y el Resultado Primario está todavía más alejado porque, además de la IFN, deja afuera los intereses de la deuda. En síntesis, el déficit fiscal tal como se lo mide actualmente (Resultado Financiero) es una mala aproximación a la medición del endeudamiento en que incurre el gobierno, y el Resultado Primario lo es más aún”. “Por ello, agrega Saldivia - es necesario pasar a otro indicador presupuestario de déficit fiscal, que sea más atinente a la variación de la deuda pública y ese indicador es el Endeudamiento Neto”, que sigue creciendo muy por encima del déficit financiero.
No obstante, y con esas limitaciones, según Nadin Argañaraz, titular del Instituto Argentina de Análisis Fiscal (IARAF), “en abril el gasto creció algo menos pero sigue orillando en el primer cuatrimestre un crecimiento interanual del 32%. También en abril hubo un descenso de las transferencias corrientes y de capital a las provincias aribuible a que el fuerte incremento del Fondo Sojero posibilitó un menor envío de las otras transferencias a las provincias”. Argañaraz agrega que “si se proyectaran las cifras de los primeros 4 meses a todo el año, el resultado fiscal neto de recursos extraordinarios, incluyendo el pago de intereses, treparía a $ 50.605 millones. Y aunque el Gobierno podría recibir en todo el año unos 24.000 millones por las utilidades contables del BCRA y $ 8.000 millones los intereses del FGS de la ANSeS, quedaría un “rojo” de $ 18.605 millones”
Los $ 24.000 millones del BCRA que Hacienda como ingresos corrientes corresponden a la revalorización contable de los activos y títulos públicos por el aumento nominal del dólar y de los bonos que hubo en 2009. Son utilidades devengadas, pero no realizadas que pueden variar en más o en menos según la evolución de esas variables. Al contabilizarlas como ingresos corrientes, el Tesoro maquilla sus números y, al distribuirlas, el BCRA “monetiza” gran parte del déficit público, con su impacto inflacionario. Justamente esas transferencias fueron aumentando año tras año y eso no impidió que se deteriorara el resultado fiscal, incluyendo esos fondos.
Con la transferencia de la ANSeS se desvaloriza el Fondo de Garantía del sistema porque se utilizan intereses que deberían capitalizar dicho Fondo y se destinan al pago de nuevas prestaciones que, en parte, absorben planes sociales que antes estaban a cargo del Tesoro. Así el Fisco se alivia a costa del sistema previsional.
BCRA y ANSeS son las dos fuentes principales que sostienen la estructura fiscal deficitaria.
El año pasado, con ingresos extraordinarios del BCRA, la ANSeS y los Derechos Especiales de Giro (DEG) del FMI por un total $ 25.000 millones, el déficit sumó $ 7.138 millones.
También Economía & Regiones, que dirige Rogelio Frigerio, proyecta un déficit financiero en 2010 de casi $ 18.000 millones, contando los $ 32.000 millones del BCRA y la ANSeS y “teniendo en cuenta que supone que no hay aumentos en la asignación por hijo” pues de disponerse un aumento, el déficit sería superior. De todas maneras E & R advierte que habrá que ver cómo evolucionan las transferencias discrecionales a las Provincias luego del Programa de canje de deuda alcanzado con 18 distritos.
Por su parte, NSH-Macreconómica afirma que aún cuando la recaudación tributaria se recuperará fuertemente en 2010 con la mejora del nivel de actividad, la cosecha récord y la suba de precios, el resultado primario, lejos de acrecentarse, se deteriorará porque el gasto primario seguirá subiendo por encima de los ingresos fiscales.
Este aumento del déficit fiscal se da porque, aunque hubo una mejora por el lado de los ingresos --la recaudación tributaria creció en estos 4 meses a un ritmo del 25% por la mayor actividad y la inflación-- el gasto también es sostenido y subió a más del 30%. Y en mayo el gasto habría pegado otro salto porque el Gobierno modificó la distribución del presupuesto con un aumento neto de $ 1.250 millones en los gastos corrientes y de capital de la Administración Nacional en su conjunto.
No obstante, el Informe del Banco de la Ciudad de Buenos Aires rescata que en abril hubo una moderación en el ritmo de aumento del gasto público convirtiéndose así en “el primer mes desde 2008 en el que el gasto crece a una tasa inferior a la de los ingresos, sin incluir entre estos últimos recursos provenientes del giro de utilidades del BCRA o del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) de la ANSES (tal como sí sucedió en el primer trimestre)”. Pero a renglón seguido, destaca que “la desaceleración del gasto primario respondió, entre otros factores, a los menores gastos de capital”, en tanto “las transferencias corrientes al sector privado (básicamente subsidios) siguieron creciendo a un ritmo elevado (49%), a lo que se sumaron remuneraciones (34%), y prestaciones de la seguridad social (28% )”.
Por eso, si se confirman las proyecciones mencionadas para 2010, el déficit del sector público nacional se incrementaría en forma nominal más del 50% ya que pasaría de $ 32.000 millones en 2009 a $ 50.000 millones en 2010. En términos del PBI se pasaría de un déficit del 2,4% del PBI en 2009 al 3,2% del PBI en 2010. Y si se suma el desequilibrio de las Provincias – otros $ 15.000 millones- el déficit consolidado Nación/Provincias superaría los 4 puntos del PBI.
Según la consultora Abeceb, “en vistas a las elecciones de 2011, se buscará sostener el mayor crecimiento del gasto posible, tanto como medida de impulso hacia la demanda como de estrategia de tejido político con los gobernadores”. De todas maneras, advierte “que se debilita uno de los “fundamentals” del modelo porque sin los fondos extras del BCRA y de la ANSeS, también hay déficit fiscal primario, antes del pago de los intereses”.
Todos estos números se proyectan cuando el Tesoro fue aprovechando por la fuerte suba de los precios la mejora “inflacionaria” de sus ingresos, en tanto mantuvo sin cambios el mínimo no imponible y los sueldos públicos y sobre todo las jubilaciones y otras prestaciones sociales están retrasadas y semicongeladas. Ahora, el inminente ajuste del mínimo no imponible tendrá efectos retroactivos a enero – abarca todo el ejercicio fiscal 2010- y las presiones de ajustes en sueldos y jubilaciones son cada vez más intensas.