sábado, 27 de julio de 2013

Por què el ministro Tomada defendiò una medida "electorera"

El ministro de Trabajo Carlos Tomada defendió ayer la decisión del Gobierno de exceptuar el medio aguinaldo del cálculo del impuesto a las ganancias a días de las elecciones primarias con una expresión más que reveladora.




“¿Y si hubiera sido electoralero, qué?”, dijo Tomada por radio ante la pregunta periodística.



Si la medida es “electoralera”, significa que el Gobierno no está convencido de la misma y que lo hace exclusivamente por demagogia u oportunismo electoral.



Significa que cerradas las urnas, seguirá metiendo mano en el bolsillo de los trabajadores por la via de no ajustar los mínimos de ganancias, como viene pasando desde hace varios años.



Justamente por ser “electoralera”, el alivio de la medida sobre los trabajadores es transitorio: sólo tiene impacto el mes próximo. En los siguientes, el descuento de Ganancias sobre el salario seguirá siendo más intenso que antes y este año según los cálculos de todos los tributaristas, más trabajadores quedarán alcanzados por este impuesto y los ya alcanzados pagarán todavía más.



Que se exima ahora el medio aguinaldo, luego que fue cobrado el mes pasado, revela además que no figuraba en los planes del Gobierno. Y que se adoptó esa medida supermínima y transitoria ahora a las apuradas porque, a pesar del Gobierno, la eliminación del impuesto al salario es un tema de debate permanente en oficinas y fábricas y pasó a ser uno de los ejes de la campaña electoral.



No por casualidad Tomada eligió el termino “electoralero” y no electoral para referirse a este punto. Es que el oficialismo hubiera podido incorporar legítimamente en su plataforma electoral la reducción de este impuesto al salario como parte de sus realizaciones pasadas, a completar ahora con la eliminación completa de esta confiscación salarial.



Pero esa meta no sólo no forma parte del programa del Gobierno sino lo contrario.



La actual administración profundizó la “reforma tributaria” que el gobierno de la Alianza hizo en 1999, como lo prueba que mantuvo la suba del IVA y el impuesto al cheque de Domingo Cavallo, el mínimo no imponible en pesos constantes es inferior al de hace 13 años atrás y las escalas sobre las que se aplican las alícuotas aumentadas durante la gestión de José Luis Machinea, se mantienen congeladas al nivel de 2000 con una inflación de más de 500%

En 2013, los trabajadores pagaràn más por el impuesto a las Ganancias que en 2012

Aun con la exención del medio aguinaldo de Ganancias, los trabajadores alcanzados por ese impuesto pagarán en 2013 más que en 2012 y que en los años anteriores. Ayer el Gobierno publicó en el Boletín oficial el decreto que abarca a los sueldos brutos de hasta $ 25.000. La medida –dice el decreto– debe efectivizarse con el cobro del sueldo de julio, que se paga en los próximos días que coinciden – no por casualidad– con las vísperas de las elecciones primarias, y el Gobierno así pretende dinamizar la actividad económica.




Así esos trabajadores verán en el recibo de sueldo un descuento menor o un reintegro del impuesto acotado al medio aguinaldo.



Luego, en los meses siguientes, les seguirán descontando Ganancias como antes.



De este modo, y aún con esa medida, los trabajadores formales alcanzados por ese impuesto pagarán este año más que en 2012 y más que en los años anteriores. Para los monotributistas y autónomos la carga tributaria se agrava porque directamente no cobran aguinaldo y no recibieron ninguna exención compensatoria En cambio, si el Gobierno hubiera ajustado el minino no imponible a los niveles de 2001, la mayor parte de los trabajadores hoy alcanzados por Ganancias directamente estarían exentos de pagar este impuesto y el resto pagaría mucho menos.



El impacto de la medida anunciada por la Presidente el jueves en el Consejo del Salario es superlimitada porque de los 13 sueldos que percibe el trabajador en el año, 12 salarios y medio -de enero a diciembre más el medio aguinaldo de diciembre- quedaron alcanzados plenamente por Ganancias con un minino no imponible muy reducido ($ 6.938 mensuales para un trabajador soltero) y sin que las escalas sobre las que se calculan las alícuotas hayan sido modificadas a pesar que están congeladas hace 13 años.



Por ejemplo, un trabajador que en 2012, después de los descuentos, ganó $ 8.000 por mes (soltero, sin hijos), le retuvieron por Ganancias $ 3.218, el 3,1% de su ingreso anual. Este año si gana en términos reales lo mismo ($ 10.000 acompañando la inflación del 25%) deberían descontarle $ 7.030. Pero al excluir el medio aguinaldo le descontarán $ 5.880, que equivale al 4,5% del sueldo anual.



En otras palabras, ese trabajador pagará ahora $ 1.150 menos, pero $ 2.662 más que lo que pagó en 2012.



Así las cosas, la medida oficial alivia en una escala reducida el peso de Ganancias sobre el salario del trabajador respecto de la gravosa situación actual. Y mantiene el mayor peso de Ganancias con relación a 2012 y años anteriores. También respecto de lo que hubiera correspondido si la base imponible del impuesto hubiese sido ajustada por la inflación.



Contra lo que dice el Gobierno, la medida no tiene costo fiscal porque reintegra a los trabajadores apenas una parte de lo que le estuvieron descontando de más por no ajustar por inflación este impuesto.



Para el IARAF (Instituto Argentino de Análisis Fiscal), “si bien esta disposición atempera el nuevo incremento en la presión tributaria que iban a sufrir los asalariados en 2013, no lo elimina” y es de esperar que más trabajadores queden alcanzados por este impuesto y los ya alcanzados “deban tributar una alícuota efectiva superior”. El instituto agrega que “el incremento de la presión tributaria respecto de 2012 alcanza porcentajes de entre el 10 y 67% (ver infografía) y aumentan significativamente si la comparación se efectúa con 2011.



Además, “dentro de los trabajadores que quedan alcanzados por el tributo, el incremento de la tasa efectiva del impuesto es más significativo en los niveles de salarios medios que en los altos reduciendo así la progresividad del tributo”.