jueves, 7 de julio de 2011

Trabajo en negro: en el conurbano afecta a la mitad de las asalariadas

07/07/11
El 48,1 por ciento de las mujeres que reciben salario no está registrado.

Por
Ismael Bermúdez


De cada 2 mujeres asalariadas que viven en el conurbano bonaerense, una trabaja en negro.

Así surge de los datos oficiales de la Encuesta de Hogares Urbanos del INDEC difundidos ayer, que indican que casi la mitad de las mujeres que trabajan en relación de dependencia en el Gran Buenos Aires – el 48,1%– no está registrada.

De este modo, en la principal región del país y muy cerca del centro del poder político, las mujeres soportan con más rigor la informalidad laboral.

Y supera holgadamente la de los varones, ya de por si elevada, que alcanza al 35,5%.

Esta situación empeora en buena parte del interior del país, como Chaco y San Luis, donde más del 55% de las mujeres asalariadas no están registradas. En gran parte eso se debe al alto grado de informalidad que impera en el servicio doméstico, donde el empleo en negro ronda el 80%.

Trabajar en negro significa no cobrar aguinaldo o vacaciones ni tener derecho a la jubilación o pensión ni tener la cobertura de la obra social o contar con el seguro de accidentes de trabajo.

Además, en promedio esa gente cobra menos del 30 por ciento de lo que ganan los trabajadores que están registrados.

Con todo, la novedad de la Encuesta del tercer trimestre de 2010 es que incorpora el desempeño laboral en la ciudades más pequeñas del interior del país, donde el trabajo en negro supera el de las grandes ciudades, en especial entre las mujeres. Por ese motivo, mientras se estimaba que en promedio el empleo en negro era del 35,8%, ahora sube al 37,8% por la gran informalidad que se registra en las localidades del interior.

Esa mayor informalidad se reproduce tanto entre los varones como entre las mujeres. Pero, sin dudas, tiene mayor dimensión en el empleo femenino.

Por ejemplo, en la capital de Santiago del Estero el empleo en negro entre las mujeres asalariadas es del 41%. Pero, en el interior de esa provincia, salta al 64,1%. Algo parecido pasa en Chaco: en Resistencia el empleo femenino no registrado es del 51,1% y en el interior chaqueño trepa al 58,9%. Y en la ciudad de Tucumán y Tafi Viejo el empleo en negro femenino es del 43,1% y en el interior, del 52,4% En la ciudad de Buenos Aires, el empleo en negro es del 25,1%: del 21,2% entre los varones y del 29,2% entre las mujeres.

El trabajo en negro tuvo un fuerte aumento durante los años 90 por el impulso a los “contratos basura” y la “flexibilidad laboral”, y luego durante la recesión posterior a 1998 y la crisis de 2001/02.

Con la normalización económica posterior el no registro laboral fue reduciéndose, pero sin perforar los guarismos que regían antes de 1995.

Eso mostraría que el fenómeno es estructural, que sube con fuerza cuando el ciclo económico es negativo y se reduce en los años de crecimiento, pero sin bajar del tercio de la población asalariada. Así, uno de cada tres asalariados no está registrado.

No obstante esta realidad del trabajo en negro directo – al que recurren los empleadores para eludir el pago de las cargas sociales y pagar salarios más bajos– están otras formas “legales”, como el registro de asalariados como monotributistas o la formación de cooperativas truchas.

A todo esto se agrega el trabajo rural donde el empleo no registrado supera el 70%, además de una fuerte presencia del trabajo infantil.

De aquí se puede inferir que, a nivel nacional, el empleo en negro ronda el 40%

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