sábado, 12 de febrero de 2011

Dispersión de precios e inflación

Es una realidad que un mismo producto no tiene el mismo precio en todos los comercios. Inclusive hay cadenas de comercialización que, como estrategia de ventas, utilizan precios diferenciados y calidades distintas según las bocas de expendio.

Esa "dispersión de los precios"--­ a la que se refirió la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner-- es más intensa en las épocas de alta inflación.

Las razones son varias. Con los bruscos cambios los valores, el consumidor no retiene los precios y no sabe si el producto que solicita es más caro y si viene o no con remarcaciones sólo allí donde está comprando o responde a una suba generalizada. Y accede a convalidar los precios más altos.

Los comerciantes no saben si al precio que están vendiendo, podrán luego reponer esa mercadería. Otros pueden estar vendiendo mercadería comprada un mes atrás o que recibieron en la semana, adquiridas a precios distintos. Algunos venden por el precio adquirido y otros por el que estiman será el de reposición, más alto.

Así la "dispersión de precios" lejos de contraponerse a la inflación se amplía en las economías con continuas y fuertes alzas en los precios, como viene pasando en los últimos años en la Argentina. Finalmente, la "dispersión de precios" siempre existió, pero ahora su intensidad es mayor por la mayor inflación.

Aún así, aunque haya consumidores que compren allí donde los precios son más bajos, el índice de inflación puede ser alto porque el IPC (Índice de Precios al Consumidor) registra las variaciones de precios y no si los niveles son altos o bajos. Por ejemplo, una mercadería que se vende entre 2 y 7 pesos la unidad, si aumenta de precio y pasa a venderse a 3 y 8 pesos, seguiría con una gran dispersión de precios, pero la suba allí donde se vende más barato sería del 50% (de $ 2 a $ 3) y en el más cara de apenas del 14,3% (de $ 7 a $ 8 ). Lo que importa en el Índice es la variación de los precios.

Para que eso cambie, los consumidores deberían desplazarse hacia los comercios más baratos ­ algo difícil de conocer, sin considerar el costo adicional según la distancia de los hogares de esos puestos de venta y descontando que esa mayor demanda no implique un incremento de esos precios. También con frecuencia las diferencias de precios obedecen a diferencias en la calidad de los bienes y servicios ofrecidos en los distintos puntos de venta. Y si las familias se desplazan hacia los comercios con precios inferiores, estarían adquiriendo productos o servicios menor calidad y eso no indicaría una reducción en los precios.

El problema sigue siendo la inflación, de la que la "dispersión de precios" es una consecuencia que la realimenta.

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