domingo, 12 de diciembre de 2010

Casi el 10% de los porteños vive en condiciones muy precarias

Están en inquilinatos, pensiones, villas o son ocupas. Y no cubren la canasta familiar.

Por
Ismael Bermúdez
12-12-2010

En la Ciudad de Buenos Aires, más de 80.000 familias que nuclean a unas 300.000 personas viven en inquilinatos, pensiones, casas tomadas o villas de emergencia.

Así casi el 10% de la población porteña viven en condiciones extremas de precariedad, con un agravante: el 20% no tiene ingresos suficientes para cubrir el costo de los gastos alimenticios y casi tres de cada cuatro (72%) no llegan a cubrir el costo de la canasta familiar , según los últimos datos de la Dirección de Estadísticas y Censos del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

Mayoritariamente esas familias viven en la zona Sur de la ciudad. Villa Lugano, Villa Riachuelo y Villa Soldati tienen los mayores asentamientos de villas y son las comunas que tienen los hogares con ingresos deficitarios más altos.

La Ciudad de Buenos Aires se caracteriza por profundas desigualdades en las condiciones de vida de su población, que se manifiestan por zona de residencia y por ingresos. Y en muchos casos esas diferencias contribuyen a nuevos y pequeños asentamientos o tomas mayores como la que se produjo en Villa Soldati.

De las cifras oficiales se desprende que en el sur porteño:
Hay más hogares de bajos ingresos. En los inquilinatos el 60,8% no cubre no cubre el costo de la canasta familiar y en las villas el 89,8%.

La población sufre mayores carencias habitacionales, con una mayor cantidad de personas por vivienda debido a que las familias son más numerosas. Y es mayor el porcentaje de viviendas precarias, que hasta comparten el uso del baño con otros hogares.

Es muy elevado el porcentaje de hogares en distintas situaciones de informalidad o de irregularidad en relación a la tenencia de la vivienda, en situación de hacinamiento y construidos con materiales no adecuados.

Los que viven en piezas de hoteles, pensiones, inquilinatos y casas tomadas se caracterizan por sus exiguos recursos económicos pero con menor presencia de niños. El 32,6% son hogares compuestos de una persona. Se interpreta que esto obedece a que las normas que suelen aplicarse en este tipo de viviendas restringen o no permiten la presencia de familias con niños. En las villas pasa lo contrario: casi no hay viviendas unipersonales , la mayoría son familias extendidas, con hogares integrados con otras personas que no son de la familia y tienen una estructura de población muy joven, donde más de un tercio son niños.

En cambio, el norte geográfico de la Ciudad es el más favorecido ya que concentra una alta proporción de hogares de altos niveles de ingresos. Prevalecen los departamentos, con un promedio de personas por vivienda que es menor al del total de la Ciudad, con muy escasa presencia de viviendas precarias y mínimo nivel de hacinamiento.

La precariedad habitacional va de la mano del hacinamiento. Las familias que viven en las villas son más numerosas –casi duplican al resto– y el 40,1% de esos hogares viven 5 o más personas

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