martes, 23 de agosto de 2011

Cada vez menos trabajadores cobran el salario familiar

23/08/11
Es porque excluye al empleado que gana más de $ 4.800. La CGT pide un reajuste.

Por
Ismael Bermúdez


Cada vez hay más trabajadores que dejan de cobrar las asignaciones familiares porque sus salarios superan los $ 4.800, un tope que se mantiene fijo desde 2008. Además, los importes de los beneficios están congelados desde septiembre del año pasado y quedaron desactualizados por la inflación , en especial la de alimentos.

Por eso, se espera que en los próximos días el Gobierno anuncie una suba en el monto de esos importes , incluida la asignación universal por hijo, como piden la CGT y muchos gremios.

Por ejemplo, los docentes de la provincia de Buenos Aires denunciaron que, por el tope, “la mitad de los maestros con hijos menores de edad ya dejó de cobrar el beneficio . Son 36.200 trabajadores que pierden una parte de sus ingresos porque con los aumentos de sueldos pasaron el tope”, según le dijo a Clarín el secretario general de SUTEBA, Roberto Baradel, También, en una carta dirigida al Ministro de Trabajo, Carlos Tomada, la CGT reclamó subir los montos y eliminar tanto la gradualidad de los beneficios como el tope . Lo mismo pide la CTA.

Los padres que están en blanco por 3,7 millones de chicos y otros 4 millones que corresponden a hijos de desocupados o trabajadores informales cobran el salario familiar por hijo o el prenatal, sólo si ganan menos de $ 4.800 de sueldo bruto, antes de los descuentos. Ese beneficio no es uniforme sino que depende de una escala. Así hasta $ 2.400 la asignación es de $ 220 por hijo menor. Si el salario va de 2.400,01 y $ 3.600, la asignación disminuye a $ $ 166. Y si gana entre $ 3.600,01 y $ 4.800, el beneficio baja a $111 por chico. En las llamadas zonas desfavorables, los topes son similares pero la asignación es más alta.

Otros beneficios, como la asignación por matrimonio o nacimiento que son de suma fija, también se perciben si el salario es inferior a los $ 4.800 mensuales.

El problema es que esos topes salariales no se actualizan desde septiembre 2008 . Entonces, con los incrementos salariales de estos años más el cobro de las cuotas pactadas en las paritarias, muchos trabajadores suben de escala y pasan a cobrar menos. Otros superan los $ 4.800 y directamente dejan de percibir los beneficios. Así, disminuye o se anula el incremento nominal del salario conseguido en la paritaria.

Por ejemplo: un trabajador que ganaba $4.000 bruto o $ 3.320 después de los descuentos y ahora gana $ 5.000 bruto o $ 4.150, obtuvo una mejora nominal del 25%. Pero antes además cobraba $ 222 de salario familiar ($ 111 por cada chico), y ahora no cobra nada porque superó el tope de $ 4.800.

Así ese trabajador tenía un ingreso de $ 3.542 (3.320 + 222), ahora recibe $ 4.150: su ingreso nominal mejoró sólo el 17,2%. Una tercera parte del aumento nominal del sueldo lo perdió porque dejó de cobrar el salario familiar . Y el poder adquisitivo de su salario disminuyó porque obtuvo una suba salarial nominal anual del 17,2% inferior a la inflación real, del 25 por ciento.

sábado, 20 de agosto de 2011

Según las provincias, los alimentos subieron en el último año 30%

En ese período, para el INDEC, en cambio, sólo aumentaron un 8,2 por ciento.


Por

Ismael Bermúdez

Según los Institutos oficiales provinciales, impulsado por el pan, las pastas, las verduras y las gaseosas, el mes pasado los precios de los alimentos cuadruplicaron y hasta quintuplicaron los registros del INDEC. Lo mismo pasó si se comparan las cifras de los 7 primeros meses de este año. Y se vuelven a repetir brechas de 3 a 4 veces si se toman en cuentan las mediciones de los últimos 12 meses: en el último año, el rubro que mayor gasto concentra en los sectores de menores ingresos tuvo un incremento promedio del 30 por ciento.

En julio, la inflación de las provincias promedió el 2 por ciento, incluso por encima del 1,62% del IPC Congreso de las multadas consultoras privadas, como viene pasando desde hace varios meses. Para el INDEC, en cambio, el alza de precios fue solo del 0,8%.

También para el Instituto Nacional, los precios de los alimentos subieron en julio apenas el 0,8%. En cambio, según los registros de San Luis subieron el 2%, en Jujuy aumentaron el 2,4% y en Mendoza el 3,2%.

Entre enero y julio, el INDEC registró una suba de los precios de alimentos y bebidas del 3,5%, mientras en San Luis fue del 13,1% y en Mendoza del 15,3%. Y si se consideran los últimos 12 meses, el 8,2% del INDEC contrasta con el 27,7% de Jujuy, el 28,6% de San Luis o el 29,3% de Mendoza, y con más del 30% promedio de Ushuaia-Rio Grande en Tierra del Fuego.

Como surge de todas estas cifras y viene sucediendo hace más de 4 años y medio, las mediciones oficiales provinciales – de distritos gobernados tanto por el oficialismo como la oposición – son muy similares entre sí. Y se distancian de las del INDEC.

En el caso de Mendoza o Santa Fe, los institutos provinciales publican todos los meses los precios promedio de los alimentos relevados, algo que el INDEC dejó de hacer desde abril de 2008.

Esos precios promedio provinciales s on muy similares a los que paga el consumidor en la Capital o en el Gran Buenos Aires . Por ejemplo, en julio, la DEIE (Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económicas) mendocina relevó la docena de facturas a $ 13,47, el kilo de pollo entero a $ 10,45 y el litro de leche entera en sachet a $ 4,60, valores no muy diferentes a los que pagan los porteños o los bonaerenses y que deberían reflejarse en el IPC del INDEC, que se elabora precisamente en base a los precios de la Capital y Gran Buenos Aires.

Los alimentos son el rubro que más incide en el costo de la canasta familiar y determinan, en gran parte, los reclamos salariales . Los valores provinciales explican por qué la mayoría de los convenios salariales acordaron aumentos en cuotas, punta a punta, del orden del 30% promedio, algo que no hubiera prosperado si los precios de los alimentos hubieran subido el 8,2% anual y la inflación promedió el 9,7%, como informó el INDEC. Finalmente, los sindicatos negociaron los salarios con el supuesto “índice de las amas de casa” porque en base al IPC del INDEC el poder de compra salarial se hubiera derrumbado.

La brecha acumulada desde diciembre de 2006, cuando el Area de Precios del INDEC fue intervenida, con la inflación de las provincias es impresionante. Para el INDEC, en estos 55 meses la inflación sumó el 46,6%%. En promedio para las provincias fue del 150,1%.

En tanto, en promedio los salarios aumentaron en ese período el 151,5% , algo que es coherente con las mediciones provinciales. Y totalmente inexplicable con el IPC del INDEC.

miércoles, 10 de agosto de 2011

Argentina está más débil frente a una recesión global más profunda.


Por ISMAEL BERMÚDEZ
9-8-2011

La crisis internacional impactó ayer muy fuerte en la Argentina, incluso en mayor medida que en el resto del mundo.

El supuesto “desacople” argentino -que pondría al país a salvo del contagio- del que siguen haciendo alarde los funcionarios,se tradujo en un desplome promedio del 10,7% de los precios de las acciones de bancos y empresas, en especial las más ligada a la producción industrial. Los bonos públicos cayeron hasta el 10,5%. Y el Banco Central vendió U$S 230 millones para mantener sin variantes el valor del peso.

En la Argentina 2008, luego de la caída de Lehman Brothers, se contrajo la actividad económica, cayeron las exportaciones y se perdieron empleos industriales.

Ahora, el contexto internacional es más recesivo y la posición argentina más débil .

Hay en curso una fuga de capitales que sólo en el primer semestre del año sumó U$S 9.801 millones. Las divisas que entran por el excedente comercial se van por la ventanilla de la fuga de capitales. El Tesoro Nacional muestra superávit fiscal pero por las transferencias del Banco Central y la ANSES.

Sin ese maquillaje, hay déficit fiscal . El presupuesto nacional es muy dependiente de las retenciones a las exportaciones, mientras la inflación ronda el 25% anual con tarifas subsidiadas. El saldo comercial se está achicando a pesar de las restricciones a las importaciones. El 40% del activo del BCRA –unos U$S 40.000 millones- está en papeles del Estado (Letras del Tesoro, bonos y Adelantos Transitorio). Y ya no dispone de reservas “de libre disponibilidad” para pagar la deuda , salvo que se devalúe el peso.

A todo esto se agrega la incertidumbre de todo proceso electoral que, en este caso, conlleva la presunción de que cualquiera que sea el signo político del próximo Gobierno estará obligado a introducir cambios en la política económica. Entre otras razones, por el peso de los subsidios en el gasto público, la alta inflación y el retraso del tipo de cambio .

Este cuadro de situación explica por qué ayer se sintió tan profundamente la crisis global. Y anticipa un impacto en la economía real, porque Argentina tiene ahora muchos más poros que la hacen más vulnerable.

Esto sucede porque se descuenta que la economía mundial, en crisis desde 2008 en adelante y ahora más extendida a EE.UU. y casi toda Europa, podría deslizarse hacia un ciclo recesivo prolongado y hasta depresivo . Y eso provocaría una fuerte caída de la demanda de consumo, y sobre todo de la inversión, afectando el movimiento financiero, y sobre todo económico, de los países y de las empresas.

Con este escenario, ahora las expectativas son que se revierta el “viento de cola” que benefició a buena parte de los mercados emergentes, entre ellos la Argentina, sobre todo de la mano de Brasil, del mundo asiático y de los altos precios de las materias primas.

Ya la semana pasada surgieron evidencias de este cambio de escenario, cuando la presidente de Brasil, Dilma Rousseff, anunció un plan de incentivos fiscales y financieros. Lo hizo para hacer frente a la caída de la producción, de las exportaciones y del empleo industrial debido a la revalorización real, fruto de la entrada de capital especulativo. Ayer los precios de las acciones de las empresas brasileñas se desplomaron casi en las mismas proporciones que los de sus pares argentinos.

Por su parte, casi todos los analistas prevén que la menor demanda internacional impactará sobre el mundo asiático – que está sobreinvertido y muy endeudado en su mercado interno.

Se espera entonces que se desaceleren las fuertes tasas asiáticas de crecimiento que empujaron al alza los precios de las materias primas , que tanto beneficiaron a la Argentina desde 2003 en adelante. Justamente desde hace días vienen bajando los precios internacionales de las materias primas, algo que volvió a manifestarse ayer. Esto pasa también porque los precios de los commoditiestienen un componente financiero que se está ajustando con el cambio de las carteras de los fondos mundiales.

martes, 9 de agosto de 2011

Segun el INDEC, la gente compra el doble que hace 4 años

Las cifras del INDEC produjeron un nuevo “milagro” económico: el poder de compra se duplicó respecto de hace 4 años . Según esa lógica, hoy es posible salir del supermercado con dos changuitos casi repletos de alimentos, bebidas, artículos de limpieza o de tocador pagando la misma plata que hace cuatro años se necesitaba para llenar uno. También sería posible comprar en los shopping centers el doble de productos que en aquel momento.

Así, según las cifras oficiales, entre junio de 2007 e igual mes de 2011, medidas en pesos corrientes, las ventas de los supermercados aumentaron un 153%: pasaron de $ 2.580 millones a $ 6.542 millones con apenas un 13% de nuevas bocas de expendio. Y como el INDEC calculó que en ese lapso los precios subieron solamente 30,8% , las cantidades vendidas crecieron más del 90%.

Uno de los sectores más beneficiados serían los asalariados, ya que en promedio, según el INDEC, los sueldos aumentaron 130% . Traducido a cantidades o pesos constantes, esto significa que los trabajadores -privados o estatales, en blanco o en negro- con sus salarios actuales compran un 75% más que 4 años atrás .

Más ventajosa sería la situación con las compras en los shoppings, que vendieron en junio pasado por $ 1.343 millones, cuando en igual mes de 2007 apenas sumaron $ 529 millones. En pesos corrientes, las ventas crecieron un 154% y los precios sólo el 22,5%. Resultado: en cantidades o pesos constantes, el incremento real habría sido del 107%, más del doble .

Lógicamente este “milagro” se da sólo con las estadísticas del INDEC. Las conclusiones son muy distintas si a las ventas en pesos nominales que informan los supermercados y shoppings se les deducen o deflactan los precios que registran las mediciones oficiales provinciales y que, en promedio, trepan al 135%.

En ese caso, los supermercados y centros comerciales habrían registrado las mismas cantidades vendidas o apenas un poco más . Y los asalariados estarían haciendo sus compras en el supermercado casi con el mismo changuito que 4 años atrás.

Sin tener todavía estas estadísticas a mano, casi inmediatamente después que fuera “intervenida” el área de precios del INDEC, Hugo Moyano acuñó la famosa frase de que los sindicatos discutirían las subas salariales en las paritarias no con el IPC del INDEC sino con el índice de precios “de las amas de casa en los supermercados” . Y estuvo en lo cierto porque de lo contrario, hoy el trabajador saldría del supermercado con un mini-changuito. Más aún, en muchos convenios salarios, homologados por el Ministerio de Trabajo, empresarios y sindicatos acordaron reajustar los sueldos en base al IPC de Graciela Bevacqua, la desplazada directora del INDEC, multada y querellada penalmente por la Secretaria de Comercio.

Los abultados porcentajes de cantidades vendidas en supermercados y shoppings se trasladan a otras estadísticas oficiales , como a cuentas nacionales, el cálculo del PBI real o la generación del ingreso. Y así el “milagro” del consumo se extiende a otros sectores